María Inés, por siempre en nuestro recuerdo
Alumni, Generales, Jardín, Primaria, Secundaria – 13 October, 2008
Este fin de semana, partió María Inés… Bibliotecaria del Colegio por muchos años, compañera y amiga inolvidable.
Quienes la conocimos, sabemos que aunque ya no esté con nosotros físicamente, la marca que dejó en muchos va a perdurar por siempre… Su toque humano y maternal contuvo y acompañó a generaciones de alumnos y colegas, aportando siempre un consejo, una sonrisa, un ejemplo de fortaleza y optimismo para enfrentar las condiciones más adversas.
Sus pasos dejaron huellas… ojalá podamos imitarla.
¡Hasta siempre María Inés!
Por duelo la Secundaria no va a tener clases el día martes 14 de octubre.
María Inés pasó por la vida como un gran haz de luz que iluminaba todo lo que la rodeaba… Ahora esa luz perdió intensidad, le falta el fulgor que ella le imprimía.
Nos queda la alegría de haberla conocido, de haberla querido…
Siempre estará en mi corazón.
Q.E.P.D era muy buena, la conocí muy poco pero ese poquito de ella que conocí, me pareció muy lindo.
En verdad la vamos a extrañar demasiado…
Bellísima persona y un ejemplo de vida para tus hijas.
Admiré tu fortaleza y te quise mucho.
Gracias por los momentos compartidos.
Tu sonrisa me acompañará cuando flaquee.
Recuerdo tus sonrisas, tus miradas, tus ojos, tus consejos, y mi corazón explota de amor.
Gracias por regalarme tanto en la vida. Te llevo y te llevaré siempre en mi corazón.
Te quiero hasta el cielo y juro que nos volveremos a ver.
Hasta siempre… Gorda hermosa.
Tu Hijo, Rodrigo Tejo
La palabra Amor resumida en una sola persona.
Un ejemplo de vida y de lucha que nos guiará a cumplir con nuestros proyectos de vida.
M. Inés, te quiero mucho de mas la cantidad!
Que triste noticia.
María Ines era una excelente persona.
Todos aquellos que la conocimos la llevaremos por siempre en el corazon.
Q.E.P.D.
Por no encontrarme en la localidad, no pude darle mi último adiós a María Inés, por tal motivo quiero expresar mi más sentido pésame ante la desapareción física de quien fuera la Bibliotecaria de este Establecimiento Educativo.
Ante esta triste circunstancia, no puedo menos que rememorar la figura de María Inés, ya que tuve el privilegio de compartir con ella muchos momentos durante mi permanencia en la Intitución.
Recuerdo el día que Elena Maeder, compañera que me guió en mis primeros pasos por el Colegio, me llevó a conocer la biblioteca y a su bibliotecaria. No puedo ignorar la singular belleza de María Inés, así como esa calidez tan particular de esta mujer que poco tiempo más tarde, iba a ser mi colaboradora circunstancial en el intento por acompañar y guiar a aquellos jóvenes cuyas vidas se encontraban en algunas dificultades propia de la edad. Mucho jóvenes, con la excusa de la búsqueda de algún libro, se acercaban a la biblioteca para charlar con ella. María Inés con su calidad, con su simpatía, con su mirada sincera, con esa cordialidad que tanto la distinguía, iba a ser la confidente de muchas chicas y muchachos que veían en ella esa amiga que necesitaban o esa madre de la cual carecían. Poseía el don de escuchar. Su oído siempre estaba preparado para recibir confidencias, ¡y cuántas habrá recibido a lo largo de su permanencia en ese puesto tan especial en el quinto piso!
En muchas ocasiones me consultaba sobre los problemas que depositaban en ella. Pude observar su verdadera preocupación, su real interés por ayudar, por dar una mano, a fin de aliviar el sufrimiento que ella percibía con su corazón de madre. Luego poco a poco establecíamos estrategias en común para ayudar a este o a aquel joven con dificultades. De esa manera llegó a ser mi colaboradora circunstancial y voluntaria maravillosa, en la tarea tan particular de ayudar a los jóvenes a salir de esos enredos en los que se veían involucrados ya sea por el propio desarrollo de la adolescencia o por otras circunstancias.
El Instituto Yapeyú ha perdido no solo una bibliotecaria, sino una mujer excelente, una mujer que siempre aportó una mirada absolutamente humana ante los conflictos de los demás, una mujer que no se conformó con ser testigo de los problemas sino que se involucró en la no siempre fácil tarea de ayudar para aliviar el sufrimiento y el dolor de los otros. Tuvo el honor de contar entre su personal a esta mujer que lo supo honrar hasta el final de sus días, honrándose a sí mima y mostrando en todo momento una profunda coherencia entre el pensar, decir y hacer.
María Inés has cumplido tu tarea, ahora pues descansa en paz y se una guía para que podamos seguir tus pasos.