Los alumnos de 3er año, trabajaron sobre el consumo adecuado de agua, y las pérdidas de la misma en el cuerpo humano. Luego de interiorizarse acerca del tema, confeccionaron afiches en grupos sobre planchas de cartón, a los que luego conviertieron en divertidos rompecabezas macro. En los últimos minutos de la clase, intercambiaron los rompecabezas entre mesas vecinas y los armaron a manera de cierre.
Esta actividad fue realizada dentro del proyecto “Promocion de una vida saludable”, en el espacio curricular Fisico-Quimica.
Una persona ingiere diariamente alrededor de 2500ml de agua con los alimentos y las bebidas y los pierde a través de vapor en los pulmones, con el sudor, la materia fecal y la orina (entre 1500 ml y 2000 ml). La salida de agua es necesaria porque vehiculiza los desechos y los tóxicos hacia el exterior.
Un porcentaje del agua ingerida debe asegurar la volemia que mantiene la presión arterial. Si el organismo no logra retener la cantidad de agua necesaria o no repone convenientemente la que ha perdido, se inicia un proceso de deshidratación, que va acompañado de síntomas como el resecamiento de la piel y las mucosas, la reducción del volumen de orina y, en los casos más graves, dolores abdominales, edemas e incluso insuficiencia cardíaca. El proceso de deshidratación evoluciona más rápido en los ancianos y en los niños. Es necesario consultar al médico frente a la aparición de los primeros síntomas, incorporar sal en la dieta, beber abundantes líquidos (a veces se incorporan sales de rehidratación) y evitar la transpiración (usar ropas livianas, absorbentes e instalar al paciente en lugares frescos). A veces, es necesario recurrir al uso de de suero endovenoso.
La deshidratación, es un proceso que trae aparejado muchas consecuencias en la salud de las personas, por lo tanto aprender la importancia de hidratarse es una forma de preservar la salud.